sábado, 23 de febrero de 2013

FERNANDO CELY. POESIA





SI…

        “Si no te quieren como tú quieres que te quieran,
¿qué importa que te quieran?
Amado Nervo

Si nuestro orgullo se esfumara un día
y dominara en ti la sencillez
y me quisieras solamente un día,
sería tan feliz mi ser…
Si tus manos dieran calor a las mías,
si mi amor fuera tu amor,
yo me olvidaría del mundo
me ocuparía de los dos.
Y te llevaría muy lejos
a donde termina el cielo,
a donde acuden las aves
al iniciarse el invierno.
Y sin que nada dijeran
nuestra casa junto al río…
Día tras día amándonos
hasta la muerte del sol.
Si tu amor fuera mi vida,
cumpliría esta poesía
inspirado por tu amor.

Poema ganador del concurso de poesía
Colegio “El Libertador” 1974



NOSTALGIA.



“Nada ha sido verdad si no se evoca de nuevo si no se sueña después”.
 Ramón Gómez de la Serna



Nostalgia es estar tristes cantándole al silencio,
es morir de pesares al marchar la ilusión;
es llorar extasiados mirando las estrellas,
es formar suaves cantos anhelantes de amor.


Nostalgia es una noche de impúdicos placeres,
es huir de sí mismos colmando una ansiedad,
es buscar en un vino consuelo a los lamentos,
es un sangrar del alma que siempre busca paz.


Nostalgia es una lágrima, compendio de amarguras,
un balance de vida que tuvo soledad,
es comprender entonces “que todo vale nada”
y que el precio de amar, es sólo tempestad.


Nostalgia son las cosas que están sin complemento
y que sin él no quieren o no pueden vivir,
nostalgia es la desgracia de ser sentimentales
matando la tristeza solamente al morir.


Nostalgia es una rosa de pétalos amados
por aquel que vio en ellos del amor, una flor,
es buscar en las almas una bondad sincera
y hallar en una de ellas, amando, redención.


Nostalgia es el recuerdo de besos y caricias,
es perdurar los sueños formantes del pasado,
es mirar a la luna buscando una respuesta
y comprender que un día se estuvo enamorado.


Nostalgia es una frase melódica al oído,
es sólo una palabra revestida de aliento;
es amar lo imposible, para nosotros bello,
es vivir solamente, sonriéndole al tormento.


Nostalgia es la palabra más vaga y soñadora,
es la que nos impulsa a vivir del recuerdo;
es aquella campana, que al sonar, trovadora,
hace arder la conciencia e inquieta al pensamiento.


Nostalgia es acordarse que hubo un abril de sueños
que por entonces fueron un destello de luz;
es pensar que en el hombre la vida es un recuerdo
de aquellas primaveras de sol y cielo azul.


Nostalgia yo te escribo porque te llevo dentro,
porque eres de mi vida la base y la razón;
estar enamorado es esa cruel nostalgia
que clava las espinas en nuestro corazón.

Nostalgia te aborrezco, pero también te amo.
Por ti el mundo es hermoso al hallar en las cosas
un doble sentimiento, un dulzor nada arcano,
¡Donde son compañeros el odio y el amor!


Nostalgia duradera que azotas a las almas:
sigue tu raudo vuelo de risa y de dolor;
sigue siendo romántica, exquisita y humana
dejando tu bosquejo en cada soñador.

Poema ganador del concurso de poesía
Colegio “El Libertador” 1975


Del libro: “Lejanías” (1993)








EL OFICIO DE MAESTRO



El oficio de maestro
consiste en levantarse cada mañana
y salir de la casa a buscar en los rostros
la esperanza;
consiste en dejar
a un lado de la puerta,
guardada en un cofre invisible
la ingratitud de antiguas primaveras;
consiste en ingresar
cada hora a un aula
donde te esperan mentes
atrevidas y abiertas.
Allí tienes otro
sistema circulatorio
para irrigar tu sangre
por todos los cerebros;
podría volverse roja la pizarra
de tanto que tus manos la acarician,
podrían volverse rojas las ventanas
con la fragancia de tu aliento,
podrían volverse rojas
las paredes que reciben tu voz
como homenaje al viento;
podría estallarse tu cerebro
y el cosmos en un grito
cuando entregas tu vida
segundo tras segundo…




El oficio de maestro
consiste en imitar al Nazareno:
fue humilde siendo inmenso,
fue dulce siendo trueno…
A él tampoco le escucharon todos…
A él tampoco le entendieron todos…
Fue trigo siendo fuego…
¡fue brizna siendo Dios!



























SINFONÍA INCONCLUSA EN FERNANDO MAYOR,
OPUS 1957

                A mi padre, cuya existencia
es el más bello verso de amor.

Hace algunos años
mi padre me llamó
la sinfonía inconclusa.
No lo hizo por ofenderme
sino porque comenzaba
a escudriñar con sus ojos profundos
los secretos de mi alma.
Entonces, dulce y lentamente
se fue haciendo
amigo de mis desordenados compases;
respetuosamente asistió
a mis incomprensibles ritos vivenciales
presenciando (no sin extrañeza)
mi aversión por los cartones
que demostraran la sapiencia de mi cerebro.

Después, y en el transcurso de los años,
ha soportado con paciencia de sabio
el verme sometido a los rigores propios
de acudir a los prestamistas.
Poco ha podido disuadirme,
puesto que él ha sido el principal de ellos:
me ha prestado su sangre
para que la prolongue por el cosmos,
me ha prestado su nombre
para salvar el mío,



me ha prestado su honestidad
para soportar el juicio
de quienes se incomodan
porque no atesoro riquezas
sino sueños esparcidos en versos,
me ha facilitado su chequera
para atajar con plazos y por algún tiempo
a los agiotistas que roban  mi salario
y me saquean como buitres el alma;
me ha prestado su casa
para que regrese al nido cuando canso mis alas,
me ha prestado su voz (respondiendo al teléfono)
para decir
a los mercaderes que algún día su hijo
con su trabajo de maestro y de vendedor de bisuterías
se pondrá a paz y a salvo de ellos,
me ha prestado su alma para secar lágrimas secas
que aumentan a medida que se van cansando
las estrellas de titilar en el paraíso perdido,
me ha prestado sus ojos para que contemple
sensiblemente la belleza de la creación,
me ha prestado su respeto
por lo que hago y decido:
mi padre me lo ha prestado todo.
Yo nunca le he ofrecido otra cosa
que no sean mis palabras sinceras
que él guarda en lo profundo
de su corazón tierno.
Él no ha conocido sino uno de mis “allegros”
que nació una mañana de sol en mayo
y que es la prolongación de nuestra sangre en el planeta.



Sé bien que ahora
las palabras escritas en nuestros ojos,
danzarán en un canto o en bello “minueto”
el día en que muchos de mis hermanos hombres
sientan en mi voz angustiada
la angustia de sus voces;
entonces, tal vez esté llegando al “fínale”
y la existencia, al desafiar esquemas,
no resulte una simple “obertura”…




MONSERRATE


Cuando camino
por las calles de Bogotá,
la Bogotá de infinitos contrastes,
la Bogotá señora,
la Bogotá de entraña noble
y de ropaje turbio,
la Santafé que otrora
inundó de linajes la sabana,
la Bogotá sin fe que es recorrida
por hordas de indigentes amargos,
sólo puedo dolerme del pobre Monserrate
que lo ha observado todo…

















LA NIÑA DE LAS ROSAS

Una niña fantasmas retratando
se aproxima en la noche;
es una niña pálida
de rostro impenetrable
que brilla sin encantos
bajo la luna llena.
Una niña delgada
se acerca hasta mi mesa:
es una niña triste
que mira mi mirada,
es otra niña sola
de esta ciudad metálica.
Una niña angustiada
con rostro melancólico
me ofrece rosas frescas
en la noche agitada:
me vende la miseria
de su niñez  perdida;
me vende la tristeza
de carmesí vestida.
A la niña pequeña
de esta ciudad amarga
que vende rosas rojas
en plena madrugada,
yo le compro dos rosas
y quisiera comprarle,
arrancar de su alma,
las malditas espinas
que nublan su mirada.

LADRÓN YO TE PERDONO…

Ladrón yo te perdono
aunque me acuerde de ti todos los días;
te admiro por valiente y por osado,
por burlarte de mí,
pues una noche
penetraste en la sala de mi casa
para descubrir en ese humilde recinto,
en medio de la penumbra,
que en ese sitio
los fantasmas se encontraban reunidos:
seguramente viste al inolvidable Pablo,
recostado cómodamente
sobre el lomo de Eduardo “el olvidado”;
seguramente, entre claros-oscuros
debió haberte rondado
el muslo putrefacto
de Darío Lemos,
o la locura de Gómez Jattin
o los ojos fosforescentes de Homero
o la palabra ignorada del Nazareno…
Te imagino acorralado
como un viejo ratón:
tú buscabas el oro que no tengo,
¡eres al fin y al cabo
como todos los hombres!
Me imagino tu rostro
escudriñando como vil alimaña
entre mis libros que nada te importaban,





y allí como una estrella
viste brillar el tesoro escondido
de mi caja de quejas;
la tomaste entre tus manos
saturadas de crimen,
de sangre, de violencia…
Contaminaste con tu aliento sus teclas
acostumbradas a rendir
un tributo a la belleza.
Ahora, en tus manos o en otras
no podrá en adelante
formar palabras tiernas.
Por supuesto,
robaste varias cosas;
buscaste la ventana
que violó tu codicia
y abandonaste la noche
con mi máquina a cuestas,
para ir a regalarla
por treinta y tres monedas…
A ella que nunca
se vendió en la penumbra,
a ella que en su pudor,
nunca fue damisela.
En todos los momentos
te sentiré presente
por intentar callar
los lamentos de mi alma.
Tú buscabas el oro que no tengo,
¡eres al fin y al cabo
como todos los hombres!
Ladrón yo te perdono
aunque me acuerde de ti
todos los días.





LIBRE

Libre eres ahora:
no perteneces a mi espacio
ni perteneces a mi tiempo,
ni gimen a mi lado
tus alas amarradas.
Libre eres ahora.
Libre como el mar no resignado
a llegar solamente hasta la playa;
libre como el viento
que al no poder salir de su planeta,
se torna en huracán;
libre como el alma que abandona al cuerpo,
pues es pequeño su refugio.
Libre eres ahora:
no te asechan mis ojos,
no te cercan mis manos,
no te cubren mis sueños,
no existo ¡soy tu olvido!





DESAMOR

No creo en ti
mentirosa mentira
que vestida de amor
y pieles candorosas,
se convirtió en espina
de la rosa de mi alma.




No llegará este canto
hasta la roca
que palpita
en tu pecho;
no habrá flor amarilla
ni estrella fulgurante
ni mar enfurecido
ni lumbre acariciante
que lo agite;
ante mi grito,
tu corazón hermético
pagará
con el eco
de tu ausencia.







CALENDARIO

En el reloj
del amor,
no deberían existir
horas, minutos,
ni segundos;
así,
el tormento
de la espera,
sería
un volcán
en calma.