SI…
“Si no te quieren como tú quieres que te
quieran,
¿qué importa que te quieran?
Amado Nervo
Si nuestro orgullo se
esfumara un día
y dominara en ti la
sencillez
y me quisieras solamente un
día,
sería tan feliz mi ser…
Si tus manos dieran calor a
las mías,
si mi amor fuera tu amor,
yo me olvidaría del mundo
me ocuparía de los dos.
Y te llevaría muy lejos
a donde termina el cielo,
a donde acuden las aves
al iniciarse el invierno.
Y sin que nada dijeran
nuestra casa junto al río…
Día tras día amándonos
hasta la muerte del sol.
Si tu amor fuera mi vida,
cumpliría esta poesía
inspirado por tu amor.
Poema ganador del concurso
de poesía
Colegio “El Libertador” 1974
NOSTALGIA.
“Nada ha sido verdad si no
se evoca de nuevo si no se sueña después”.
Ramón Gómez de
la Serna
Nostalgia es estar tristes
cantándole al silencio,
es morir de pesares al
marchar la ilusión;
es llorar extasiados mirando
las estrellas,
es formar suaves cantos
anhelantes de amor.
Nostalgia es una noche de
impúdicos placeres,
es huir de sí mismos
colmando una ansiedad,
es buscar en un vino
consuelo a los lamentos,
es un sangrar del alma que
siempre busca paz.
Nostalgia es una lágrima,
compendio de amarguras,
un balance de vida que tuvo
soledad,
es comprender entonces “que
todo vale nada”
y que el precio de amar, es
sólo tempestad.
Nostalgia son las cosas que
están sin complemento
y que sin él no quieren o no
pueden vivir,
nostalgia es la desgracia de
ser sentimentales
matando la tristeza
solamente al morir.
Nostalgia es una rosa de
pétalos amados
por aquel que vio en ellos
del amor, una flor,
es buscar en las almas una
bondad sincera
y hallar en una de ellas,
amando, redención.
Nostalgia es el recuerdo de
besos y caricias,
es perdurar los sueños
formantes del pasado,
es mirar a la luna buscando
una respuesta
y comprender que un día se
estuvo enamorado.
Nostalgia es una frase
melódica al oído,
es sólo una palabra
revestida de aliento;
es amar lo imposible, para
nosotros bello,
es vivir solamente,
sonriéndole al tormento.
Nostalgia es la palabra más
vaga y soñadora,
es la que nos impulsa a
vivir del recuerdo;
es aquella campana, que al
sonar, trovadora,
hace arder la conciencia e
inquieta al pensamiento.
Nostalgia es acordarse que
hubo un abril de sueños
que por entonces fueron un
destello de luz;
es pensar que en el hombre
la vida es un recuerdo
de aquellas primaveras de
sol y cielo azul.
Nostalgia yo te escribo
porque te llevo dentro,
porque eres de mi vida la
base y la razón;
estar enamorado es esa cruel
nostalgia
que clava las espinas en
nuestro corazón.
Nostalgia te aborrezco, pero
también te amo.
Por ti el mundo es hermoso
al hallar en las cosas
un doble sentimiento, un
dulzor nada arcano,
¡Donde son compañeros el
odio y el amor!
Nostalgia duradera que
azotas a las almas:
sigue tu raudo vuelo de risa
y de dolor;
sigue siendo romántica,
exquisita y humana
dejando tu bosquejo en cada
soñador.
Poema ganador del concurso
de poesía
Colegio “El Libertador” 1975
Del libro: “Lejanías” (1993)
EL OFICIO DE
MAESTRO
El oficio de maestro
consiste en levantarse cada
mañana
y salir de la casa a buscar en
los rostros
la esperanza;
consiste en dejar
a un lado de la puerta,
guardada en un cofre invisible
la ingratitud de antiguas
primaveras;
consiste en ingresar
cada hora a un aula
donde te esperan mentes
atrevidas y abiertas.
Allí tienes otro
sistema circulatorio
para irrigar tu sangre
por todos los cerebros;
podría volverse roja la
pizarra
de tanto que tus manos la
acarician,
podrían volverse rojas las
ventanas
con la fragancia de tu
aliento,
podrían volverse rojas
las paredes que reciben tu voz
como homenaje al viento;
podría estallarse tu cerebro
y el cosmos en un grito
cuando entregas tu vida
segundo tras segundo…
El oficio de maestro
consiste en imitar al
Nazareno:
fue humilde siendo inmenso,
fue dulce siendo trueno…
A él tampoco le escucharon
todos…
A él tampoco le entendieron
todos…
Fue trigo siendo fuego…
¡fue brizna siendo Dios!
SINFONÍA INCONCLUSA EN
FERNANDO MAYOR,
OPUS 1957
A mi padre, cuya existencia
es el más bello verso de
amor.
Hace algunos años
mi padre me llamó
la sinfonía inconclusa.
No lo hizo por ofenderme
sino porque comenzaba
a escudriñar con sus
ojos profundos
los secretos de mi alma.
Entonces, dulce y
lentamente
se fue haciendo
amigo de mis
desordenados compases;
respetuosamente asistió
a mis incomprensibles
ritos vivenciales
presenciando (no sin
extrañeza)
mi aversión por los
cartones
que demostraran la sapiencia
de mi cerebro.
Después, y en el
transcurso de los años,
ha soportado con
paciencia de sabio
el verme sometido a los
rigores propios
de acudir a los
prestamistas.
Poco ha podido
disuadirme,
puesto que él ha sido el
principal de ellos:
me ha prestado su sangre
para que la prolongue
por el cosmos,
me ha prestado su nombre
para salvar el mío,
me ha prestado su
honestidad
para soportar el juicio
de quienes se incomodan
porque no atesoro
riquezas
sino sueños esparcidos
en versos,
me ha facilitado su chequera
para atajar con plazos y
por algún tiempo
a los agiotistas que
roban mi salario
y me saquean como
buitres el alma;
me ha prestado su casa
para que regrese al nido
cuando canso mis alas,
me ha prestado su voz
(respondiendo al teléfono)
para decir
a los
mercaderes que algún día su hijo
con
su trabajo de maestro y de vendedor de bisuterías
se
pondrá a paz y a salvo de ellos,
me
ha prestado su alma para secar lágrimas secas
que
aumentan a medida que se van cansando
las
estrellas de titilar en el paraíso perdido,
me
ha prestado sus ojos para que contemple
sensiblemente
la belleza de la creación,
me
ha prestado su respeto
por
lo que hago y decido:
mi
padre me lo ha prestado todo.
Yo
nunca le he ofrecido otra cosa
que
no sean mis palabras sinceras
que
él guarda en lo profundo
de
su corazón tierno.
Él
no ha conocido sino uno de mis “allegros”
que
nació una mañana de sol en mayo
y
que es la prolongación de nuestra sangre en el planeta.
Sé
bien que ahora
las
palabras escritas en nuestros ojos,
danzarán
en un canto o en bello “minueto”
el
día en que muchos de mis hermanos hombres
sientan
en mi voz angustiada
la
angustia de sus voces;
entonces,
tal vez esté llegando al “fínale”
y
la existencia, al desafiar esquemas,
no
resulte una simple “obertura”…
MONSERRATE
Cuando
camino
por
las calles de Bogotá,
la
Bogotá de infinitos contrastes,
la
Bogotá señora,
la
Bogotá de entraña noble
y
de ropaje turbio,
la
Santafé que otrora
inundó
de linajes la sabana,
la
Bogotá sin fe que es recorrida
por
hordas de indigentes amargos,
sólo
puedo dolerme del pobre Monserrate
que
lo ha observado todo…
LA NIÑA DE LAS ROSAS
Una
niña fantasmas retratando
se
aproxima en la noche;
es
una niña pálida
de
rostro impenetrable
que
brilla sin encantos
bajo
la luna llena.
Una
niña delgada
se
acerca hasta mi mesa:
es
una niña triste
que
mira mi mirada,
es
otra niña sola
de
esta ciudad metálica.
Una
niña angustiada
con
rostro melancólico
me
ofrece rosas frescas
en
la noche agitada:
me
vende la miseria
de
su niñez perdida;
me
vende la tristeza
de
carmesí vestida.
A
la niña pequeña
de
esta ciudad amarga
que
vende rosas rojas
en
plena madrugada,
yo
le compro dos rosas
y
quisiera comprarle,
arrancar
de su alma,
las
malditas espinas
que
nublan su mirada.
LADRÓN YO TE PERDONO…
Ladrón
yo te perdono
aunque
me acuerde de ti todos los días;
te
admiro por valiente y por osado,
por
burlarte de mí,
pues
una noche
penetraste
en la sala de mi casa
para
descubrir en ese humilde recinto,
en
medio de la penumbra,
que
en ese sitio
los
fantasmas se encontraban reunidos:
seguramente
viste al inolvidable Pablo,
recostado
cómodamente
sobre
el lomo de Eduardo “el olvidado”;
seguramente,
entre claros-oscuros
debió
haberte rondado
el
muslo putrefacto
de
Darío Lemos,
o
la locura de Gómez Jattin
o
los ojos fosforescentes de Homero
o
la palabra ignorada del Nazareno…
Te
imagino acorralado
como
un viejo ratón:
tú
buscabas el oro que no tengo,
¡eres
al fin y al cabo
como
todos los hombres!
Me
imagino tu rostro
escudriñando
como vil alimaña
entre
mis libros que nada te importaban,
y
allí como una estrella
viste
brillar el tesoro escondido
de
mi caja de quejas;
la
tomaste entre tus manos
saturadas
de crimen,
de
sangre, de violencia…
Contaminaste
con tu aliento sus teclas
acostumbradas
a rendir
un
tributo a la belleza.
Ahora,
en tus manos o en otras
no
podrá en adelante
formar
palabras tiernas.
Por
supuesto,
robaste
varias cosas;
buscaste
la ventana
que
violó tu codicia
y
abandonaste la noche
con
mi máquina a cuestas,
para
ir a regalarla
por
treinta y tres monedas…
A
ella que nunca
se
vendió en la penumbra,
a
ella que en su pudor,
nunca
fue damisela.
En
todos los momentos
te
sentiré presente
por
intentar callar
los
lamentos de mi alma.
Tú
buscabas el oro que no tengo,
¡eres
al fin y al cabo
como
todos los hombres!
Ladrón
yo te perdono
aunque
me acuerde de ti
todos
los días.
LIBRE
Libre
eres ahora:
no
perteneces a mi espacio
ni
perteneces a mi tiempo,
ni
gimen a mi lado
tus
alas amarradas.
Libre
eres ahora.
Libre
como el mar no resignado
a
llegar solamente hasta la playa;
libre
como el viento
que
al no poder salir de su planeta,
se
torna en huracán;
libre
como el alma que abandona al cuerpo,
pues
es pequeño su refugio.
Libre
eres ahora:
no
te asechan mis ojos,
no
te cercan mis manos,
no
te cubren mis sueños,
no
existo ¡soy tu olvido!
DESAMOR
No creo en ti
mentirosa mentira
que vestida de amor
y pieles candorosas,
se convirtió en espina
de la rosa de mi alma.
No llegará este canto
hasta la roca
que palpita
en tu pecho;
no habrá flor amarilla
ni estrella fulgurante
ni mar enfurecido
ni lumbre acariciante
que lo agite;
ante mi grito,
tu corazón hermético
pagará
con el eco
de tu ausencia.
CALENDARIO
En el reloj
del amor,
no deberían existir
horas, minutos,
ni segundos;
así,
el tormento
de la espera,
sería
un volcán
en calma.
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