viernes, 8 de febrero de 2013

MALEDICTUS. SILVIO GONZALEZ PATARROYO






MALEDICTUS

Vuelve y juega el embate malhadado
a disfrutar de un anatémico rato de tertulia,
y por no padecer de la execrable abulia,
heme aquí, memorando a Verlaine y sus poetas condenados.

El maestro Jorge Darío Vargas López en el marco del V Encuentro Internacional de Poesía Valle de Iraka, mayo 4 de 2012 en Firavitoba, con-versaba a un grupo de estudiantes en la Casa de la Cultura y palabras más, palabras menos, lanzaba en su intervención la siguiente afirmación: “Mientras la ciencia es el estudio de la realidad, la literatura produce goce al tratar de decir las cosas que ocurren en el entorno de la mejor forma que se puedan decir. El mérito del poeta consiste en transmitir lo cotidiano de una forma insuperable y en eso consiste ¡Una obra de Arte!”. Lo cual, traducido a mi humilde saber y entender quiere decir que la poesía, al hacer parte de la literatura está hecha para producir goce y que el poeta al expresarse se comunica mediante un lenguaje bellamente dicho. Lo bello tiene que ver con lo bueno y a su vez lo bueno tiene que ver con el bien. Es decir que lo que bellamente se dice está bien dicho, en latín: “benedictus”, o como quien dice ¡Ben-dito! (¡Cero y van 16 benditos Benedictus!) De estos que bien dicen, que bien hablan, que se ciñen a los cánones concebidos, promulgados y seguidos no es justamente de lo que se va a tratar en esta reunión, pues si así fuese, seguro cada cual con alejandrinos, cadenciosos y sublimes versos y sus autores, que los hay a porrillo, llegaría con su costal repleto y entonando la voz con flemático acento de lord inglés, pero en bien hablado castellano, deleitaría nuestro oído con acaramelados y rimados versos. Acompañaría esta tertulia un largo trago de cognac servido en cristalina, alta y panzuda copa, que acunada en la palma de la diestra mano levantaríamos en honor a tan sublimes aedos, inspirados por las sin par Calíope y Erato. Más no. No se trata de rememorar a estos vates pertenecientes al exclusivo club de condenados a emulación perpetua y exhaustivo estudio, y, por consiguiente malditos poetas. Lo digo porque definitivamente es una maldición, creo, no poder descansar en paz mientras algunos y algunas se apropian de sus “inspiraciones” y estilos y en gélidas noches de insomnio, bajo el influjo del argentino disco de la luna llena y de la grave-edad que la marea eleva, imitan sus creaciones y pasan a la historia, o ¿histeria?, afirmando ser directamente dirigidos o contactados por los espíritus algunas veces color rosa pálido y otras verde botella de tan afamados rimantes, quienes les van inspirando y dictando sin más ni más sus almibarados versos, versos estos que sin compasión y con el quejumbroso tono vocal acostumbrado y mirada entornada van declamando sus autores.
No es de estos condenados poetas, repito y corrijo: de esos malditos poetas que vía correo electrónico, perdón: e-mail, propuso Dussán hablar en el día de hoy. Su propuesta es despellejar a “Les poètes maudits”, es decir a “Los poetas malditos”, sobrenombre acuñado por Paul Verlaine en 1883, para referirse a cinco gatos y una gata que se atrevieron a ir en contravía en la segunda mitad del XIX. A propósito de gatos: “Dios creo al gato para que el hombre pudiera acariciar al león” - Baudelaire; “Los gatos son hechos para almacenar caricias” - Mallarmé. En este momento en que se van manchando de negro estas páginas blancas – “Escribir es poner negro sobre blanco” - dijo el mismo Stephane Mallarmé - no me importa si los versantes, tertuliantes, y farsantes que acompañan hoy a este humilde tunante se hayan metido en estudio profundo de los felinos en mención.
¿Dirán lo que todos han dicho, como por ejemplo, que la señora Verlaine, cuando el hermoso jovenzuelo Rimbaud aparece en su casa y literalmente le destrona de su amor, lanza la sentencia que permanecerá hasta el día de hoy, verdad absoluta, inequívoca, inapelable, llena de profundo sentimiento, filosofía y desconsuelo: “El muerto y el arrimado a los tres días apestan”?
¿Dirán que el epíteto “malditos” con que Verlaine los designa se refiere más a su amante Rimbaud, primero por el par de pepazos que este le pegó en la muñeca y luego por sus infidelidades y continuos abandonos? “La independencia siempre fue mi deseo, la dependencia siempre fue mi destino” Paul Verlaine. “Sin hablar, sin pensar, iré por los senderos: pero el amor sin límites me crecerá en el alma” - “El mundo tiene sed de amor: Tú lo apaciguarás, ¡Oh esplendor de carne! ¡Oh esplendor ideal! ¡Oh renuevo de amor, triunfal aurora en la que doblegando a sus pies los dioses y los héroes, la blanca Calipigia y el pequeño Eros cubiertos con nieve de las rosas, las mujeres y las flores sus bellos pies cerrados!”, Jean Nicolás Arthur Rimbaud.
¿O dirán que son malditos por haber sido incomprendidos, calumniados, trasgresores, drogadictos, alcohólicos, homosexuales, sifilíticos y otras bonituras? “Todos los imbéciles de la burguesía que pronuncian las palabras: inmoralidad, moralidad en el arte y demás tonterías me recuerdan a Louise Villedieu, una puta de a cinco francos, que una vez me acompañó al Louvre donde ella nunca había estado y empezó a sonrojarse y a taparse la cara. Tirándome a cada momento de la manga, me preguntaba ante las estatuas y cuadros inmortales cómo podían exhibirse públicamente semejantes indecencias” – Charles Baudelaire.
¿Dirán acaso que son malditos porque se gozaron las obras del pintor de la locura genial, el holandés Vincent van Gogh, se deleitaron con el esteticismo escandaloso del irlandés Óscar Wilde, se despelucaron con los acordes de la música del genio de la ópera alemana Richard Wagner, se ensimismaron ante “el beso” o “el pensador” del Miguel Ángel de la escultura moderna Francois Auguste René Rodin, o del arquitecto visionario el catalán Antonio Gaudí o en el mejor de los casos sirvieron de prototipos para los estudios psicoanalíticos de Sigmund Freud? Todos ellos unidos en VOCALES:
A negra, E blanca, I roja, U verde, O azul: vocales,
algún día diré vuestro secreto origen.
A, negro corsé velludo de moscas relucientes
que se agitan alrededor de fetideces crueles.

Golfos de sombra; E, candor de nieblas y de tiendas,
lanzas de glaciar fiero, reyes blancos, escalofríos de umbelas;
I, púrpura, sangre, esputo, reír de labios bellos
en cóleras terribles o embriagueces sensuales.

U, ciclos, vibraciones divinas de los mares verduscos,
paz de campo sembrado de animales, paz de las arrugas
que la alquimia imprimió en las frentes profundas.

O, supremo clarín de estridencias extrañas,
silencio atravesado de Ángeles y de mundos
O, la omega, el reflejo violeta de tus ojos.
Rimbaud

“Decirle al pintor que pinte a la naturaleza como es, vale lo mismo que decirle al músico que se siente sobre el piano” - Mallarmé.
¿Dirán por último, que son malditos porque la pelona se los llevó abrupta y tempranamente, porque sus versos fueron inspirados por el mismísimo rey de las tinieblas, más conocido en nuestro medio como el divino Putas? “Yo debería tener un infierno para mi cólera, un infierno para mi orgullo, y el infierno de las caricias; un concierto de infiernos”, “El poeta se hace vidente por medio de un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos”, “El poeta es realmente ladrón de fuego”, “Mediante la poesía llego a lo desconocido” – Rimbaud.
No creo en verdad que alguno de los asistentes a este encuentro se haya ido por uno de los anteriores cinco caminos. Su inocencia, probidad y alto grado de decencia no llega a tanto. Por mi parte, independientemente de lo que hayan concluido mis contertulios, creo que si Paul Verlaine hubiese tenido en cuenta tan siquiera una de las cinco consideraciones, habría cambiado el título de su libro por el de “Les maudits poètes”, es decir, “Los malditos poetas” o “¡Poètes, les maudits!”: “¡Poetas, los malditos!”. Al titular su obra como “Les Poètes Maudits”, “Los Poetas Malditos”, nos da la clave: fueron los poetas MALEDICTUS: Los que dijeron las cosas mal, imperfectamente, deficientemente, desagradablemente, erróneamente, incorrectamente, indebidamente, desacertadamente y otros sinónimos más. Es decir: los malhablados. Malhablados por que se atrevieron a decir las cosas que sus antecesores usando los cánones propios de la, según ellos mismos, “Poesía Pura” ya habían en algunos casos dicho. Fueron malhablados porque dejaron a un lado la minuciosidad de la métrica, el retorcer de rimas y la aplicación de exquisiteces metafóricas del barroco, del romanticismo, del naturalismo, del parnasianismo, para crear un mundo nuevo del poema. Poema mal – dito como dicen los puristas, mal – decido como dicen mis paisanos o mal – dicho como se me ocurre quiso decir Paul Verlaine. Poema “decadente”, al extremo de ser llamados decadentistas quienes siguieron la corriente de Charles Baudelaire y fueron inspirados por este: “Quiero ser poeta y me esfuerzo en llegar a ser vidente. ¿Para qué? Para llegar a aquella tierra de Canaán de los poetas que han leído las flores del mal. Al fondo del infinito para inventar algo nuevo” – Rimbaud. A su vez Baudelaire habría sido influenciado por Gustave Flaubert, el llamado modelo de la novela contemporánea, especialmente en su obra Madame Bovary. Los decadentistas (que no son diez sacamuelas ni tampoco atascados de cadencia), más tarde, a finales del XIX serían llamados “Simbolistas”, por ser su escritura cargada de símbolos antes que de objetos, y no por haber padecido de enfermedades venéreas: “Nombrar el objeto es suprimir el mayor placer del poema, que es la felicidad de conjeturar poco a poco”, “El acto poético consiste en considerar repentinamente que una idea parte de varios motivos de igual valor y que agrupados riman”, “Un poema es un misterio cuyo secreto debe buscarlo el lector”, “No escribimos los poemas con ideas sino con palabras”. Stephane Mallarmé.
Termino: “El poeta se hace vidente por medio de un largo, inmenso y razonado desarraigo de todos los sentidos”, “Iré, cuando la tarde cante, azul, en verano, herido por el trigo, a pisar la pradera; soñador, sentiré su frescor en mis plantas y dejaré que el viento me bañe la cabeza” – Rimbaud. Si esto es decir mal, o sea maldecir; si esto es una mal – decidura sean por siempre benedictus, maledictus vates y reciban mi ben - decidura. Gonzalo Arango y sus camajanes los estarán esperando y los recogerán en la segunda mitad del XX.

Sylvius /febrero 2013.

1 comentario:


  1. CON EL ESTILO PROPIO DE UN ESCRITOR QUE SABE SU OFICIO, SILVIO NOS OFRECE UN PASAJE POR DONDE VAN LOS POETAS MALDITOS DESPROVISTOS DE SUS CAPAS Y SUS SONORAS CARCAJADAS EN MEDIO DE LA NOCHE.

    ResponderEliminar