jueves, 18 de abril de 2013

POEMAS DECLAMADOS POR MARÍA JOSÉ



CON LA INOCENCIA Y LA INTENSIDAD DEL TALENTO DECLAMATORIO, MARIA JOSÉ MOLINA, ACENTÚA SU REPERTORIO CON  LA CONSAGRACIÓN DE UNA ARTISTA DE GRAN ALCANCE  Y DE EXQUISITEZ SINGULAR. HE AQUÍ ALGUNOS POEMAS DE SU PREDILECCIÓN.


MARIA JOSE MOLINA, INVITADA DE HONOR AL VI ENCUENTRO INTERNACIONAL DE POESÍA "VALLE DE IRAKA" A CELEBRARSE EN IZA, CUÍTIVA, TOTA Y SOGAMOSO DURANTE LOS DÍAS 2, 3 Y 4 DE MAYO DE 2013




E L   D U L C E   M I L A G R O



¿Qué es esto? ¡Prodigio! Mis manos florecen.

Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen.

Mi amante besóme las manos y en ellas,

¡Oh, gracia! Brotaron rosas como estrellas.



Y voy por la senda voceando el encanto

Y de dicha alterno sonrisa con llanto

Y bajo el milagro de mi encantamiento

Se aroman de rosas las alas del viento.



Y murmura al verme la gente que pasa:
-¿No veis que está loca? Tornadla a su casa.

¡Dice que en las manos le han nacido rosas

Y las va agitando como mariposas!



¡Ah, pobre la gente que nunca comprende

Un milagro de éstos y que solo entiende

Que no nacen rosas más que en los rosales

Y que no hay más trigo que el de los trigales!



Que requiere líneas y color y forma

Y que sólo admite realidad por norma.

Que cuando uno dice: -Voy con la dulzura,

De inmediato buscan a la criatura.



Que me digan loca, que en celda me encierren,

Que con siete llaves la puerta me cierren,

Que junto a la puerta pongan un lebrel,

Carcelero rudo, carcelero fiel.



Cantaré lo mismo: -Mis manos florecen,

Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen.

¡Y toda mi celda tendrá la fragancia

De un inmenso ramo de rosas de Francia!



                 Juana de Ibarbourou.









ECOS DE MARIMBA



Acomoda mi cuerpo destechado en lo urbano de tu rio

y esconde mi niñez en el festejo de tus cerros.



Soy una niña negra amasijo de tierra.

labios de pez.   Oración de brasa

piel dispuesta para el rito.



Traigo en mis ojos el luto larga de mi madre

paridora de penas y desvelos de siglos .



En la cinta de mi pelo percusión de selva

música invisible de un noviembre

sin retorno.



Angela penagos

SUBLIME GALILEO (Fabio Gómez Gómez)



Aquí vengo señor arrepentido

doliente de flaquezas y despojos

con el llanto salobre de mis ojos

en gotas de diamante convertido



Quiero junto a tu cuerpo dolorido

 ungir mi boca en sus rasgones rojos

 y borrar de mi vida los abrojos

 del sórdido pecado fementido

Besar la herida de tus frías palmas



huir de tedio que mezquinas almas

un día me dieron del placer liviano

y después que  escuches este ruego

abrazarme a la cruz y quedar ciego

para no ver el corazón humano.









El niño, el perro y el milagro

Junto al cielo de los perros, un cielo lleno de acacias y de niños y de madres; y de cantos y de alas.

Pero había un niño triste; cara de ausencia y nostalgia; siempre solo, siempre serio; a punto siempre de lágrimas.
Un niño con una mano; inútil, seca, sin alma,
ay que infierno diminuto, era aquella mano lacia.

Desde su cielo, el niño, siempre asomado a la tapia, miraba a mi perro cojo y al mirarlo recordaba...
Un día en una placeta, un perro de pobre casta, una apuesta de buen tino, un silbido una pedrada...y un aullido que se aleja...y un perro, rota una pata.
¡Que frío remordimiento, sentía en su mano lacia!
Mientras tanto, en su cielo, mi perro jugueteaba, con una angelillo cojo, que era el ángel de su guarda.
Hasta que un día jugando, llegaron hasta la tapia, donde estaba el niño triste, a punto siempre de lágrimas.
Dejó de jugar mi perro, con su ángel de la guarda; se quedó quieto un momento, las orejas afiladas, luego afianzó la muleta, se apoyó sobre la tapia; Miró atento al niño, con una larga y antigua mirada, y el perro mirando al niño; recordaba, recordaba...
Un día en una placeta, hambre y sed en su garganta, un niño, la mano en alto; un silbido, una pedrada...y un golpe en su carne y sangre; sangre y dolor en su pata.
Pero los perros no saben, de rencores ni venganzas, por eso mi perro cojo, olvidando la pedrada, se echó atrás, tomó carrera, salvó de un salto la tapia.
Multiplicando mimos y abanicando palabras; con los ojos, con los dientes; con el rabo, con las patas; empezó a lamer la mano, inútil, seca y sin alma.
La lengua del perro fue, para aquella mano lacia; como un regreso de vida, como un reguero de savia, y los tendones muertos, de pronto resucitaban.
Satisfecho del milagro, rabo alegre, orejas gachas
regresó el perro a su cielo, pura cojera de gracia.

El niño le dijo adiós, adiós y al despedirlo lloraba, abanicando en el aire, la mano resucitada. Y el perro le dijo adiós, adiós con su muleta de plata.
historia, para aprender a perdonar

Autor: Manuel
Benítez Carrasco


















Del libro PALABRAS  DE SOL : Omar Dario Gallo



Madre, te consagro en abierto beneficio

cada día que sin ojeras aparece,

cada luz de líneas desiguales

que se cuela en tu hogar semejante al cielo que madura.



Evidente el paraíso en tu promesa,

de adrede cada imagen que suma abundancia

en el credo de los años para olvidar el dolor

en la última escala de la calle.



Apenas ayer te vi dormida

en la primavera de tu sobrecama,

pero no interrumpí que te agradaba la oscuridad

como lo inverosímil,

porque era indeleble la bondad como el recuerdo

cada que en un instante y medio

me contabas los milagros de la música

y yo como niño te escuchaba aferrado a la torpeza.



Pasadizo tiene el talle de la tierra;

tu casa: presagio de lo bueno,

hipnosis del agravio,

sonidos sucesivos que atraen y que juntan,

fin y principio de las voces que dan la bienvenida

cuando no se tiene hora para volver de lo insensible.

Tu casa:

paraíso en tu promesa,

presagio de lo bueno;

sonidos sucesivos que atraen y que juntan.



Alumbra la réplica de la fértil obertura;

te descubro, Madre,

entre la muchedumbre

y el espantajo de la malva,

simple, semejante a mis anhelos:

Palabras de Sol cuando la noche.




MÚSICA



Evidente el paraíso en tu promesa,

de adrede cada imagen que suma abundancia

en el credo de los años para olvidar el dolor

en la última escala de la calle.

Apenas ayer te vi dormida

en la primavera de tu sobrecama,

pero no interrumpí que te agradaba la oscuridad

como lo inverosímil,

porque era indeleble la bondad como el recuerdo

cada que en un instante y medio

me contabas los milagros de la música

y yo como niño te escuchaba aferrado a la torpeza.

Pasadizo tiene el talle de la tierra;

tu casa: presagio de lo bueno,

hipnosis del agravio,

sonidos sucesivos que atraen y que juntan,

fin y principio de las voces que dan la bienvenida

cuando no se tiene hora para volver de lo insensible.

Tu casa:

paraíso en tu promesa,

presagio de lo bueno;

sonidos sucesivos que atraen y que juntan.








Maravilla

Mario Benedetti



Vamos mengana a usar la maravilla
esa vislumbre que no tiene dueño
afila tu delirio / arma tu sueño
en tanto yo te espero en la otra orilla
si somos lo mejor de los peores
gastemos nuestro poco albedrío
recupera tu cuerpo / hacelo mío
que yo lo aceptare de mil amores
y ya que estamos todos en capilla
y dondequiera el mundo se equivoca
aprendamos la vida boca a boca
y usemos de una vez la maravilla


RESURRECCIONES


Algo se muere en mí todos los días;


del tiempo en la insonora catarata,


la hora q se aleja, me arrebata


salud, amor, ensueños y alegrías.


 


Al evocar las ilusiones mías,


pienso: "yo, no soy yo!" ¿por que, insensata,


la misma vida con su soplo mata


mi antiguo ser, tras lentas agonías?


 


Soy un extraño ante mis propios ojos,


un nuevo soñador, un peregrino


q ayer pisaba flores y hoy... abrojos.


 


Y en todo instante, es tal mi desconcierto


q ante mi muerte próxima, imagino


q muchas veces en la vida... he muerto    


 


Julio florez
EL BESO


EL INDIO DUARTE


Que es el beso, pregunta el mundo??
Que es el beso, preguntan todos ??
y yo respondo:

El beso es para mi comunión de labios
que olvidando los agravios, la maldad y la traición,
arrancan del corazón, con fuerza avasalladora
todo el amor que atesoran, pues si el amor es ciego,
de su marca de fuego en la mujer que se adora.

Besa el bueno, besa el malo, besa el rico, besa el pobre,
besa el niño, y hasta el viejo besa
y hay quien besa por sorpresa para vertir su veneno.

Besa de coraje lleno la cruz de su fajón,
el malevo compadròn, que vive entre celo y duda,
lo mismo que beso Judas incubando una traición.

Besa la mujer perdida, al hombre que la ha salvao,
también besa el sentenciado la cruz al perder la vida,
y si una dama al pasar, a un bendigo arroja una moneda
sin el beso no se queda la moneda que arrojo.

Se da un beso a la bandera que a la patria simboliza
y ese beso sintetiza la mas ardiente quimera.

Yo juzgo el beso a mi manera,
y que a nadie mal le cuadre,
que para mi, no hay un beso,
no hay un beso que mas el alma taladre,
ni que cause mas ardor, que el que se da con un dolor
al cadáver de una madre.....


TORMENTA OPORTUNA


(Chang Wu Kien)


La lluvia maldije que azotaba el techo
y no me dejaba dormir.


Maldije del viento que vino a robarme
galas del jardín;


Pero tu llegaste, y alabe la lluvia
cuando te quitaste
tu empapada túnica;
y al viento di gracias
porque con sus soplos
apago mi lámpara.

 


EL CRISTO DE LA QUEBRADA  /  ANTONIO COMAS  INDIO DUARTE


Señor! Señor de la Quebrada¡ Santo Padre¡
por tu poder bendito te lo pide una madre
que esta viendo morir a su hijito
y te promete señor,
te promete para que le des la vida,
hacer estas tres leguas de rodillas llevando hasta tu imagen a su hijito.

Se movió? no.. si, se movió!
me mira, nos mira, se cumplió el milagro,
gracias, gracias señor Jesucristo.
Ruperto! Ruperto veni.¡
incate como yo y resalé al Señor de la Quebrada.

Yo soy un rudo paisano,
Yo soy un rudo hombre de campo que a juerza de mirar siempre pa’bajo,
no creo en mas poder que el de mis brazos,
pero si me haces el milagro Señor,
si me haces el milagro de curármelo a mi hijito,
yo te ofrezco a mi vez la manadita de mis 20 cabras blancas
y mi vaca y mi mula,
y pa vos tengo también mi mano zurda
si es que mi pobre fortuna no te es basa.

La leyenda cuenta que el niño curo mas la serrana murió después de las tres leguas de rodillas.
Y por los altiplanos de la tumba vaga el rebaño de las 20 cabras blancas,
y como rara flor de la montaña,
extraña entre las piedras y las zarzas,
los cinco dedos de una mano zurda quedaron junto al Dios de la Quebrada.


EL PERRO COJO

– Poema de Manuel Benítez Carrasco -

Con una pata colgando,
despojo de una pedrada,
pasó el perro por mi lado,
un perro de pobre casta.
Uno de esos callejeros,
pobres de sangre y estampa.
Nacen en cualquier rincón,
de perras tristes y flacas,
destinados a comer
basuras de plaza en plaza.



Si pequeños, qué finos
y ágiles son en la infancia,
baloncitos de peluche,
tibios borlones de lana,
los miman, los acurrucan,
los sacan al sol, les cantan.
Cuando mayores, al tiempo
que ven que se fue la gracia,
los dejan a su ventura,
mendigos de casa en casa,
sus hambres por los rincones
y su sed sobre las charcas.

Qué tristes ojos que tienen,
que recóndita mirada
como si en ella pusieran
su dolor a media asta.
Y se mueren de tristeza
a la sombra de una tapia,
si es que un lazo no les da
una muerte anticipada.

Yo le llamo: psss, psss, psss.
Todo orejas asustadas,
todo hociquito curioso,
todo sed, hambre y nostalgia,
el perro escucha mi voz,
olfatea mis palabras
como esperando o temiendo
pan, caricias... o pedradas,
no en vano lleva marcado
un mal recuerdo en su pata.
Lo vuelvo a llamar: psss, psss.
Dócil a medias avanza
moviendo el rabo con miedo
y las orejitas gachas.

Chasco los dedos; le digo:
"ven aquí, no te hago nada,
vamos, vamos, ven aquí".
Y adiós la desconfianza.
Que ya se tiende a mis pies,
a tiernos aullidos habla,
ladra para hablar más fuerte,
salta, gira; gira, salta;
llora, ríe; ríe, llora;
lengua, orejas, ojos, patas
y el rabo es un incansable
abanico de palabras.

Es su alegría tan grande
que más que hablarme, me canta.
"¿Qué piedra te dejó cojo?
Sí, sí, sí, malhaya".
El perro me entiende; sabe
que maldigo la pedrada,
aquella pedrada dura
que le destrozó la pata
y él, con el rabo, me dice
que me agradece la lástima.
"Pero tú no te preocupes,
ya no ha de faltarte nada.
Yo también soy callejero,
aunque de distintas plazas
y a patita coja y triste
voy de jornada en jornada.
Las piedras que me tiraron
me dejaron coja el alma.

Entre basuras de tierra
tengo mi pan y mi almohada.
Vamos, pues, perrito mío,
vamos, anda que te anda,
con nuestra cojera a cuestas,
con nuestra tristeza en andas,
yo por mis calles oscuras,
tú por tus calles calladas,
tú la pedrada en el cuerpo,
yo la pedrada en el alma
y cuando mueras, amigo,
yo te enterraré en mi casa
bajo un letrero: «aquí yace
un amigo de mi infancia».

Y en el cielo de los perros,
pan tierno y carne mechada,
te regalará San Roque
una muleta de plata.
Compañeros, si los hay,
amigos donde los haya,
mi perro y yo por la vida:
pan pobre, rica compaña.

...
Era joven y era viejo;
por más que yo lo cuidaba,
el tiempo malo pasado
lo dejó medio sin alma.
Y fueron muchas las hambres,
mucho peso en sus tres patas
y una mañana, en el huerto,
debajo de mi ventana,
lo encontré tendido, frío,
como una piedra mojada,
un duro musgo de pelo,
con el rocío brillaba.

Ya estaba mi pobre perro
muerto de las cuatro patas.
Hacia el cielo de los perros
se fue, anda que te anda,
las orejas de relente
y el hociquillo de escarcha.
Portero y dueño del cielo
San Roque en la puerta estaba:
ortopédico de mimos,
cirujano de palabras,
bien surtido de intercambios
con que curar viejas taras.
"Para ti... un rabo de oro;
para ti... un ojo de ámbar;
tú... tus orejas de nieve;
tú... tus colmillos de escarcha.
Y tú, —mi perro reía—,
tú... tu muleta de plata".

Ahora ya sé por qué está
la noche agujereada:
¿Estrellas... luceros...? No,
es mi perro cuando anda...
con la muleta va haciendo
agujeritos de plata.

Autor: MANUEL BENÍTEZ CARRASCO




Yo Vengo A Ofrecer Mi Corazón


Compositor: Fito Páez



¿Quién dijo que todo está perdido?
yo vengo a ofrecer mi corazón,
tanta sangre que se llevó el río,
yo vengo a ofrecer mi corazón.

No será tan fácil, ya sé qué pasa,
no será tan simple como pensaba,
como abrir el pecho y sacar el alma,
una cuchillada del amor.

Luna de los pobres siempre abierta,
yo vengo a ofrecer mi corazón,
como un documento inalterable
yo vengo a ofrecer mi corazón.

Y uniré las puntas de un mismo lazo,
y me iré tranquilo, me iré despacio,
y te daré todo, y me darás algo,
algo que me alivie un poco más.

Cuando no haya nadie cerca o lejos,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
cuando los satélites no alcancen,
yo vengo a ofrecer mi corazón.

Y hablo de países y de esperanzas,
hablo por la vida, hablo por la nada,
hablo de cambiar ésta, nuestra casa,
de cambiarla por cambiar, nomás.
¿Quién dijo que todo está perdido?
yo vengo a ofrecer mi corazón.












CARICIAS

(Gabriela Mistral)



Madre, madre, tú me besas,
pero yo te beso más,
y el enjambre de mis besos
no te deja ni mirar...

Si la abeja se entra al lirio,
no se siente su aletear.
Cuando escondes a tu hijito
ni se le oye respirar...

Yo te miro, yo te miro
sin cansarme de mirar,
y qué lindo niño veo
a tus ojos asomar...

El estanque copia todo
lo que tú mirando estás;
pero tú en las niñas tienes
a tu hijo y nada más.

Los ojitos que me diste
me los tengo que gastar
en seguirte por los valles,
por el cielo y por el mar...




PERO MI NIÑO ES TAN DEBIL (Gabriela Mistral)

Le dije a la luz: no quiero
que la noche me persiga.
Y la luz me contestó:
lo imposible, no lo pidas.

Quiero que todos me vean
porque estoy desconsolada;
el amor que era mi vida,
la noche siempre lo apaga.

Ya no vendrá por la noche,
sólo brillará en el día.
Es un amor tan pequeño
que necesita alegría.

Yo puedo quererle siempre,
si hace sol o no lo hace.
Pero, es un amor tan débil
que necesita alumbrarse.






Como el toro ...

Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto.

Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.

Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.

Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.

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REIR LLORANDO

Viendo a Garrik —actor de la Inglaterra—
el pueblo al aplaudirle le decía:
«Eres el mas gracioso de la tierra
y el más feliz...»
Y el cómico reía.

Víctimas del spleen, los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.

Una vez, ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
«Sufro —le dijo—, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.

»Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única ilusión, la de la muerte».

—Viajad y os distraeréis.
— ¡Tanto he viajado!
—Las lecturas buscad.
—¡Tanto he leído!
—Que os ame una mujer.
—¡Si soy amado!
—¡Un título adquirid!
—¡Noble he nacido!

—¿Pobre seréis quizá?
—Tengo riquezas
—¿De lisonjas gustáis?
—¡Tantas escucho!
—¿Que tenéis de familia?
—Mis tristezas
—¿Vais a los cementerios?
—Mucho... mucho...

—¿De vuestra vida actual, tenéis testigos?
—Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.

—Me deja —agrega el médico— perplejo
vuestro mal y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrik, podréis curaros.

—¿A Garrik?
—Sí, a Garrik... La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquél que lo ve, muere de risa:
tiene una gracia artística asombrosa.

—¿Y a mí, me hará reír?
—¡Ah!, sí, os lo juro,
él sí y nadie más que él; mas... ¿qué os inquieta?
—Así —dijo el enfermo— no me curo;
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.

¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!

¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora,
el alma gime cuando el rostro ríe!

Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma,
un relámpago triste: la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.

Juan de Dios Peza


NEGRA MARIA

Música: Lucio Demare
Letra: Homero Manzi
(milonga)

Bruna, bruna
nació María
y está en la cuna.
Nació de día,
tendrá fortuna.
Bordará la madre
su vestido largo.
Y entrará a la fiesta
con un traje blanco
y será la reina
cuando María
cumpla quince años.

Te llamaremos, Negra María...
Negra María, que abriste
los ojos en Carnaval.
Ojos grandes tendrá María,
dientes de nácar,
color moreno.
¡Ay qué rojos serán tus labios,
ay qué cadencia tendrá tu cuerpo!
Vamos al baile, vamos María,
negra la madre, negra la niña.
¡Negra!... Cantarán para vos
las guitarras y los violines
y los rezongos del bandoneón.
Te llamaremos, Negra María...
Negra María, que abriste
los ojos en Carnaval.



Bruna, bruna
murió María
y está en la cuna.
Se fue de día
sin ver la luna.
Cubrirán tu sueño
con un paño blanco.
Y te irás del mundo
con un traje largo
y jamás ya nunca,
Negra María, tendrás quince años.
Te lloraremos, Negra María...
Negra María, cerraste
los ojos en Carnaval.

¡Ay qué triste fue tu destino,
ángel de mota,
clavel moreno!
¡Ay qué oscuro será tu lecho!
¡Ay qué silencio tendrá tu sueño!
Vas para el cielo, Negra María...
Llora la madre, duerme la niña.
Negra... Sangrarán para vos
las guitarras y los violines
y las angustias del bandoneón.
Te lloraremos, Negra María...
Negra María, cerraste
los ojos en Carnaval.





“ERASE UNA VEZ “

Érase una vez

Un lobito bueno,

Al que maltrataban

Todos los corderos. (bis)



Y había también

Un príncipe malo

Una bruja hermosa

Y un pirata honrado. (bis)



Todas estas cosas

había una vez

cuando yo soñaba

un mundo al revés. (bis)



PACO IBAÑEZ (ESPAÑOL)














LA CARTA DEL INCIERTO

No por incierto como todos, dejaré de escribir esta carta

Que habla de ausencias y de amores.

Siempre habrá un ausente en mi pellejo,

Un ausente que convive con mis pasos lentamente,

Hablo de ese río de ausentes,

Donde navegan a toda vela los sueños del  incierto.

Se que estoy en mi país,

En mi país don alguien decide arreglar sus pequeños asuntos

Ante la insegura perspectiva del regreso,

En mi país que huye de si mismo

Como un desatado tifón en plena noche.

No por incierto como todos dejaré de escribir esta carta

Que habla de ausencias y de amores,

Hablo de un lugar cuyos inciertos habitantes podemos desaparecer

Definitiva o temporalmente, hasta ser encontrados en el borde del camino o En el adentro de la zanja.

El otro país, el oscuro,

Nos está matando la  alegría,

Nos está matando a los que sueñan

A los hombres que dan voz al limpio viento,

La paz es solo una palabra en los arrugados papeles

Que arrojan a las letrinas los disfrazados querellantes,

La voz del gran mudo nada dice,

Ella espera instrucciones, y una ebria nación

Navega sosteniendo la rota bandera de la paz,

La bandera blanca sobre lagos de sangre,

No por incierto como todos dejaré de escribir esta carta

Que habla de ausencias y de amores,

Llegado el momento de tener más amigos

En las tumbas que en los bares,

Me hago hermano del hermano de los muerto

Enamorados de los aman el amor de los vivientes.



POETA:  JUAN MANUEL ROCA


PADRE NUESTRO: Autor: Antonio Comas "El Duarte"



A solas rezando me quedé en el templo

Las luces brillaban con tonos diversos

El órgano altivo con voz almodeante, cantaba un arpegio

Y una viejecita pobre, sus males llorando clamaba…

PADRE NUESTRO …! Que estas en los cielos



ALLÍ EN LOS ALTARES estatuas y cirios

Parecían juntos murmurar un rezo

Y la divina cruz que tantos milagros en todos los tiempos ha echo

La que nos dice que todos los hombres como los hermanos debemos querernos

La cruz… se elevaba en el ala santa del callado templo

y sentí en mi alma brotar impetuoso un místico anhelo

y sentí en mi boca surgir las palabras con cálido acento

y le dije a Cristo en la cruz clavado…, por su amor intenso

le dije piadoso, mientras el armonio cantaba de nuevo el arpegio

vuelve hacia nosotros tu mirada augusta

PADRE NUESTRO! Que estas en los cielos

Vuelve a hacerte hombre…,

Ven para guiarnos que necesitamos tu divino ejemplo

PADRE NUESTRO! Que estas en los cielos

Recibe benigno mis ruegos

Y ya que viniste por amor al mundo

Sigue iluminando con tu amor la tierra



Por los hombres que se arrastran cual reptiles en el suelo

Por los hombres que claudican subastando sus conciencias

Por los hombres que ante el oro se arrodillan servilmente

Por aquellos que te injurian… por aquellos que te niegan

Por aquellos que te hieren… ten piedad… de mi indulgencia

nuestro cristo…, cristo nuestro

y arroja sobre sus almas, de tu amor divino el fuego

y a solas rezando me quedé en el templo



LA NOCHE REINABA con grave silencio

y el órgano triste murmuraba siempre idéntico arpegio

y mi pobre alma clamaba PADRE NUESTRO! Que estas en los cielos

ten piedad de los humildes… ten piedad de los que sufren

ten piedad de los que imploran… ten piedad de los que lloran

PADRE NUESTRO!... PADRE NUESTRO! Que estas en los cielos.


 


 


AMOR Y CONTROL



Rubén Blades (1992)

Saliendo del hospital, después de ver a mi mamá, luchando
contra un cáncer que no se puede curar,
ví pasar a una familia.

Al frente iba un señor de edad, una doña, dos muchachas
y varias personas más.
De la mano del señor un hombre joven
caminaba, cabizbajo y luciendo arrepentido.
él era la causa
de una discusión familiar, de la que nos enteramos al oir al señor gritar:


”Aunque tú seas un ladrón, y aunque no tengas razón,
tenemos la obligación de socorrerte.
Y por más drogas que uses,
y por más que nos abuses, la familia y yo tenemos que atenderte.


Sólo quien tiene hijos entiende que el deber de un padre no acaba jamás.
Que el amor de padre y madre no se cansa de entregar.
Que deseamos para ustedes lo que nunca hemos tenido.
Que a pesar de los problemas, familia es familia y cariño es cariño.”


Los ví marcharse con su llanto, su laberinto enfrentando, en la
buena y en la mala juntos, caminando.
Y pensé mucho en mi familia,
los quise tanto aquel momento que sentí que me ahogaba en sentimiento.
Aquel muchacho y mi pobre madre: dos personas
distintas, pero dos tragedias iguales.

Cuánto control y cuánto amor
tiene que haber en una casa!
Mucho control y mucho amor,
para enfrentar a la desgracia


EL VALOR DE SERVIR



Toda la naturaleza es un anhelo de servicio,

Sirve la nube. Sirve el viento. Sirve el surco.

Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú.

Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú.



Sé el que apartó la piedra del camino, el odio entre los corazones

y la dificultad del problema.

Hay la alegría de ser sano y ser justo, pero,

Hay sobre todo, la hermosa alegría de servir.



¡Que triste sería el mundo si todo estuviera hecho,

si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender!



Gabriela Mistral

Escritora Chilena, Premio Nobel de Literatura.






El HOMBRE QUE SE TE PARECE


SOY PERSONA

René Philombé



He llamado a tu corazón.

Para tener una buena cama, para tener un buen fuego.

¿Por qué me rechazas? Ábreme hermano.

¿Por qué me preguntas si soy de África,

si soy de América, si soy de Asia,

si soy de Europa? Ábreme hermano.

¿Por qué me preguntas el tamaño de mi nariz,

la gordura de mis labios, el color de mi piel

y el nombre de mis dioses? Ábreme hermano.

No soy negro, no soy rojo,

no soy amarillo, no soy blanco,

sino un hombre. Ábreme hermano.

Ábreme tu puerta. Ábreme tu corazón

Pues, soy un hombre.

El hombre de todos los tiempos.

El hombre que se te parece,

y todos juntos podemos hacer un mundo mejor.

hombre que se te asemeja’ de




Fuera menos penado, si no fuera...

Fuera menos penado, si no fuera
nardo tu tez para mi vista, nardo,
cardo tu piel para mi tacto, cardo,
tuera tu voz para mi oído, tuera.

Tuera es tu voz para mi oído, tuera,
y ardo en tu voz y en tu alrededor ardo,
y tardo a arder lo que a ofrecerte tardo
miera, mi voz para la tuya, miera. 

Zarza es tu mano si la tiento, zarza,
ola tu cuerpo si lo alcanzo, ola,
cerca una vez, pero un millar no cerca. 

Garza es mi pena, esbelta y triste garza,
sola como un suspiro y un ay, sola,
terca en su error y en su desgracia terca.

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Cuerpo del amanecer:
flor de la carne florida.
Siento que no quiso ser
más allá de flor tu vida.

Corazón que en el tamaño
de un día se abre y se cierra.
La flor nunca cumple un año,
y lo cumple bajo tierra.

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Miguel Hernández
El sol, la rosa y el niño
flores de un día nacieron.
Los de cada día son
soles, flores, niños nuevos.

Mañana no seré yo:
otro será el verdadero.
Y no seré más allá
de quien quiera su recuerdo.

Flor de un día es lo más grande
al pie de lo más pequeño.
Flor de la luz el relámpago,
y flor del instante el tiempo.

Entre las flores te fuiste.
Entre las flores me quedo.
firma0mh
Miguel Hernández






POEMA Nº 15

PABLO NERUDA:  Chileno

ME gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.


La niña de Guatemala

Quiero, a la sombra de un ala,
Contar este cuento en flor:
La niña de Guatemala,
La que se murió de amor.

Eran de lirios los ramos,
Y las orlas de reseda
Y de jazmín: la enterramos
En una caja de seda.

...Ella dio al desmemoriado
Una almohadilla de olor:
El volvió, volvió casado:
Ella se murió de amor.

Iban cargándola en andas
Obispos y embajadores:
Detrás iba el pueblo en tandas,
Todo cargado de flores.

...Ella, por volverlo a ver,
Salió a verlo al mirador:
El volvió con su mujer:
Ella se murió de amor.

Como de bronce candente
Al beso de despedida
Era su frente ¡la frente
Que más he amado en mi vida!

...Se entró de tarde en el río,
La sacó muerta el doctor:
Dicen que murió de frío:
Yo sé que murió de amor.

Allí, en la bóveda helada,
La pusieron en dos bancos:
Besé su mano afilada,
Besé sus zapatos blancos.

Callado, al oscurecer,
Me llamó el enterrador:
¡Nunca más he vuelto a ver

A la que murió de amor!




EN EL EXTRAÑO BAZAR...

En el extraño bazar
Del amor, junto a la mar,
La perla triste y sin par
Le tocó por suerte a Agar.

Agar, de tanto tenerla
Al pecho, de tanto verla
Agar, llegó a aborrecerla:
Majó, tiró al mar la perla.

Y cuando Agar, venenosa
De inútil furia, y llorosa,
Pidió al mar la perla hermosa,
Dijo la mar borrascosa:

”¿Qué hiciste, torpe, qué hiciste
De la perla que tuviste?
La majaste, me la diste:
Yo guardo la perla triste”.



JOSE MARTÍ





MÍRAME, MADRE,

Y POR TU AMOR, NO LLORES:

SI ESCLAVO DE MI EDAD Y MIS DOCTRINAS

TU MÁRTIR CORAZÓN LLENÉ DE ESPINAS,

PIENSA QUE ENTRE ESPINAS NACEN FLORES.



J. Martí




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