viernes, 11 de abril de 2014

EL ESPECTÁCULO DE LA POESÍA





EL ESPECTÁCULO DE LA POESÍA
Por: Alonso Quintín Gutiérrez Rivero

Los velos de la realidad se entreabren para dejar ver, al trasluz, unas formas que se mueven bajo el céfiro de la ilusión, intentando descifrar seres humanos poseídos por el embrujo de la poesía. Quizá no son seres humanos, quizás son solo inventos de la imaginación. Solo tonalidades, vagos celajes de un cielo herrumbroso. Lluvias del alma acaecidas en extraños atardeceres. Las voces abscónditas de los poetas se ciernen sobre la multitud; caen como gotas de diamantes; invaden los lugares luminosos del espíritu; inventan senderos jamás descubiertos, entran de improviso en los grandes salones donde discierne la  vida minúsculas porciones de existencia. Las voces de los poetas ponen en duda el día y la noche. Así, al trasluz entre la realidad y la imaginación, la poesía pone en evidencia la duda existencial.


El ritual del VIII ENCUENTRO INTERNACIONAL DE POESÍA a celebrarse en Iza, Tota, Firavitoba y Sogamoso,  en Boyacá, el 23 y 24 de mayo, está a punto descorrer los velos. El espectáculo de la Poesía listo a  empezar en una convocatoria universal que pone a prueba las sinuosidades del alma. La música, más allá de lo evidente. Desafío de oleajes intensos, venidos de las tempestades del espíritu. El espectáculo está por comenzar. La inalcanzable soledad de los poetas en la ventisca que levanta al cielo, clamores profundos, quejumbres de libertad, estrofas de amor, decepciones, lúbricas canciones esmaltadas de pasión. Alguien dirá algún día que en el valle de Iraka, la poesía, auscultó las medianías del ser y desentrañó con levedad de ensueño,  por qué sufren los poetas y de dónde vienen los suspiros por los que agoniza Colombia. Aquí se perfilan acentos estremecidos, interrogantes desde mares de angustia, pero también de esperanza… parecido al sueño de libertad que una tarde estremeció a los héroes del Pantano de Vargas. Los poetas aquí reunidos, entran al palacio del asombro desprovistos de capa y laurel dispuestos a construir una nueva propuesta, un nuevo soliloquio donde se vea la imagen de Colombia.



Poetas, declamadores, investigadores, historiadores, intelectuales, hacen de este certamen el pedestal para un nuevo emblema. Algo o alguien que nos dice que Colombia existe en esas voces. Que en cada recital, en cada frase abierta al escrutinio del público, vibra este país, con su cábala de angustias. Que en cada júbilo y en cada sentimiento desatado, asoma el abismo de tanta desesperanza y tanta decepción. Que nos duele esta patria. Este certamen es un pretexto para establecer ese diálogo inmerso en el inconsciente colectivo desde donde es posible reinventarnos o al menos interpretarnos y saber al fin de cuentas de qué textura estamos hechos y de dónde nos vienen las palabras. Así, lo dirá sin decirlo, la bella MARÍA JOSÉ MOLINA, para quien la poesía es el motivo de su existencia. Bienvenidos poetas de Colombia         



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